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comentarios por Maria Grazia Nagel
Toda guerra o hecho traumático deja una marca indeleble en los seres humanos.
Así fue el Holocausto para los judíos de todo el mundo. Ese exterminio cruel y aberrante marcó al protagonista de la obra “Un judío común y corriente”, interpretado brillantemente por Gerardo Romano.
La invitación por parte de un profesor de Ciencias Sociales de una escuela secundaria para presentarse ante sus alumnos para ser “estudiado” cual pieza rara, despierta en el periodista recuerdos de su vida familiar que mantiene intactas sus tradiciones y le plantea la disyuntiva de aceptarla o no.
El exterminio no es olvidado por ningún judío y mayormente por los judíos alemanes.
Como es vivir como un judío justamente en Alemania que fue el país que cometió esos actos aberrantes justamente porque Hitler consideraba a los judíos “el pueblo que constituía el origen de todos los males”?
El exterminio significaba entonces la solución final a la cuestión judía.
Con una escenografía y musicalización impecable, un texto rico y frondoso, bajo la dirección de González Gil, la obra de Lewinsky revela al espectador lo que es, para un judío, vivir actualmente en Alemania.
Muy recomendable bajo todo punto de vista.
Con una escenografía y musicalización impecable, un texto rico y frondoso, bajo la dirección de González Gil, la obra de Lewinsky revela al espectador lo que es, para un judío, vivir actualmente en Alemania.
Muy recomendable bajo todo punto de vista.